martes, 15 de mayo de 2012

La berenjena y su curiosa historia


La berenjena es un fruto muy utilizado en esta época del año, especialmente para la realización anual de la llamada ‘operación bikini’. Esto se debe a que su contenido calórico es prácticamente nulo, y solemos verlo en las dietas de muchas jovencitas, ya sea en ensaladas, al horno o rellenas.
Es un alimento que al ingerirlo son todas ventajas. Nos brinda potasio, fósforo, calcio, magnesio, y hierro. Además del aporte de las vitaminas A, C, y B1. Un dato a tener en cuenta es que el 92% de la composición de la berenjena, es agua. Recordar que estos beneficios solo lo encontraremos en las berenjenas ecológicas, ya que la utilización de agentes químicos reducen notablemente las propiedades de este, y de cualquier otro fruto.
Es muy interesante y a la vez singular, la historia que tiene este fruto. Ha recorrido 4 continentes en su larga historia.
Los primeros datos que se tienen datan del año 2000 AC, en el Sudeste asiático. Fue comercializado por vendedores árabes siglos más tarde en el norte de África. Desde allí entro a Europa en la Edad Media a través de la España musulmana, y muchos años después fue llevada a América por los españoles.
Pero fue en su llegada a Europa donde sucedió algo muy curioso. La ignorancia de los europeos a la hora de cocinar la berenjena, les llevo a mezclarlas con especies no comestibles, produciendo varios problemas digestivos. Debido a este suceso, el fruto en cuestión, se creó una mala fama inmerecida, que llego a extremos tales como, ¡la creencia de que la ingesta de berenjena provocaba fiebre, epilepsia y hasta la locura!
A partir de allí, y durante más de un siglo, fue utilizado como un adorno decorativo y no como alimento.
La berenjena es un fruto que requiere mucha luz en su cosecha, de 10 a 12 horas diarias. Soportan muy bien las altas temperaturas, hasta 45 grados, y les afecta mucho las temperaturas por debajo de los 15 grados.
España es uno de los mayores productores mundiales de berenjenas, y la calidad de ellas está fuera de discusión. El clima Mediterráneo de nuestro territorio, hace que las berenjenas catalanas sean reconocidas a nivel internacional.
Disfrute de esta fruta típica del mediterráneo, y sin temor, ¡que no va a volverse loco por comerlas!

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